Si no creyera en la locura
de la garganta del cenzontle....

Si no creyera/ Meche/ en tu luz/ y en las gargantas/ que habitan/ en las manos/ y en las palabras/ que las desatan/ no seguiría escuchado/la llamada de los tiempos/ y se borraría tu voz/s de la esperanza/ por eso hoy/ te despido/ contenta/ sabiendo que pronto/ cabalgaremos livianas/ las riveras más profundas/ por ahora/ hasta pronto/ Gracias! por compartir con nosotras/ tanta Vida/


domingo, 16 de noviembre de 2008

Se está arrimando el día feliz


A las mujeres de la Red
de Escritoras y Artistas Feministas


Se está arrimando un día feliz
como hace un barco tras los meses
se está acercando un día de abril
un día de abril se va a arrimar
a los finales de noviembre.
Silvio Rodríguez

Cómo me atrevo a suponer/ ser la mujer que escribe la historia/ de mujeres/ múltiples mujeres/ cada una con múltiples historias/ ¿Cómo podría yo?/ Que apenas y llegué/ a conocerlas apenas/ y a saborear de cada una su verdad entre sus labios/ Yo que apenas tuve tiempo/ para ver con mis pobres y cansados ojos/ sus destelloz/ y la brasa en su piel/ ardiendo como su centro/ yo de todas tuve tan sólo el deseo/ —leerlas incansablemente—/ ver a las que aparecían de pronto por los caminos/ fugaces como cometas/ mágicas como el amor/

¿Quién puede contar?/ tejer con sus cuentos/ esas historias tejidas con sus cuentos/ hasta que la madeja llega a su fin/

Cómo escribir tanto/ y a la vez ser escrita tantas veces/ por sus manos escribiendo/ las manos de una mujer que escribe/ ¿Cómo escribir?/ Una mujer que escribe desde sus cuerpos/ desde SU CUERPO/ ¿Cómo Ser?/ todas/ yo/ y la misma/ —al mismo tiempo—/ la que lee y la que escribe/ la que existe y la que cuenta/ ¿Cómo no llamarle a esto locura?/

Yo/ ya mariposa de papel/ siento escrito cada palmo de mi piel/ de este cuerpo que se apresta al vuelo/ viento/barco/casa/ancla/ aquí en mí/ como la Hondura/

Todo cae con su propio peso/ los amores/ los encuentros/ los engendros/ las rupturas/ las particiones/ los ecos y las señas/ y las frases hechas/ que existieron sólo entre nosotras/ las mías para vos/ las tuyas para ella/ las de ella para ella/ las de ellas para ellas/ y las de todas para todas/

Cómo sé que este texto/ que escribo aquí en este cerro/ del trópico/ del corazón/ —helado por el momento—/no son las manos de una mujer/ que acaricia con paciencia la piel de su amante/ hasta vertir el fuego/ y ver las culebras danzar/ horas sin fin/ ¿cómo distingo?/ ¿cuál es el cuento?/ ¿cuál es la historia?/ ¿cual de las dos/ la verdadera?/ —¿acaso importa?—/

Esa/ lamentablemente/ es la única experiencia de la colectiva/ que me interesa/ completarme con el aire que sale de tu boca/ calmarme con él/ este ahogo que me precipita los bordes/ y me impulsa a destiempo/ a llorar cuando reís/ a cantar cuando callás/ a vivir cuando muero/ a quererte cuando no estás/ a entregarme en tu ausencia/ éste en mi karma/

Éste es mi darma/ una espalda de espejos/ puntiaguda/ que hacía a todas brincar/ uyuyuy… no me acerco/ Coraza y corazón/ en una/ quitarme el caparacho al ver mi reflejo en su ojo/ —el de su espejo/ que era el mío—/ y en mis ojos tantos espejos como mujeres amé/ y las que ellas habían amado/

Eso es/ lamentablemente/ del lesbianismo/ la única práctica que puedo dar/ sin que corten mis puntas/ sus preciosas alas/ Cada mujer que me miró/ y se miró en mis ojos/ yace vertida en mis palabras/ y vuelve a nacer cuando se lee/ —cada mujer—/

Lamentablemente/ las palabras a veces no pasan/ del papel/ y la práctica impide la colectiva/ Lo con/ cre/ to/ del aquí/ no deja que cuaje/ el sueño/ porque falta el aire/ y el tiempo nos atrapa por la espalda/ y la muerte nos persigue por las calles/ de las ciudades que amamos/ y vivimos/ pestilentes muertes menores/ que asedian la vida cotidiana/ Ésta que logra que esta tinta/ quede escrita en este papel/ y no en otra tinta/ en otro papel/ de otra mano/ con otro cuerpo/ de otra mujer/ en otra vida/ en otra cotidianidad/ y así sucesivamente/

Siguapate/ comenzó cuando una mujer/ bordó con paciencia/ las roturas de mi alma/ y me regaló una red/ de diversas mujeres bordadoras/ y amantes/ Así fui tejiendo lentamente/ este carapacho de afuera/ para adentro/ para encontrar la clave/ la pieza exacta/ que haría desencajar de mis hombros/ la rígida estructura/ y permitirle el fluir/ a las palabras/ rojas como mis venas/ y mi sangre ahora adelgazada/ bordando con sus patas de araña/ mi rostro/ y todas las historias que no logré escribir/

Ahora que las redes de los adentros se separan/ se entrelazan más profundos/ los sueños de los afuera/ —aquella gigantesca red que atrapaba sueños/ y dejaba pasar las pesadillas/ para que no nos persiguieran/ Ahora que soy/ tan solo tejido que se pudre/ y puntos que se acentúan para verter el prana sobre los pastos/ Ahora soy sólo palabras/ que pulsan desde dentro/ zurciendo de heridas el ocaso/ Ahora soy/ sólo el amor que las preserva en este espacio en blanco en que no están/ y las invoco en mis palabras/ con las suyas/ Ahora soy/ sólo palabras que aguardan el silencio/ en paz/
amanda castro/ 6 de noviembre del 2008/3:00 a.m./ comayagüela/ honduras/

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