Si no creyera en la locura
de la garganta del cenzontle....

Si no creyera/ Meche/ en tu luz/ y en las gargantas/ que habitan/ en las manos/ y en las palabras/ que las desatan/ no seguiría escuchado/la llamada de los tiempos/ y se borraría tu voz/s de la esperanza/ por eso hoy/ te despido/ contenta/ sabiendo que pronto/ cabalgaremos livianas/ las riveras más profundas/ por ahora/ hasta pronto/ Gracias! por compartir con nosotras/ tanta Vida/


martes, 7 de julio de 2009

MISION POR LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS
GUATEMALA HONDURAS


Comunicado 4-2009

RETORNO DE LA DELEGACIÓN VÍA TERRESTRE ANTE EL CIERRE DEL AEROPUERTO INTERNACIONAL TONCONTIN DE TEGUCIGALPA

Guatemala, 060709. En su último día de actividades la misión de organizaciones de derechos humanos, encabezada por la Premio Nobel de la Paz, Dra. Rigoberta Menchú Tum, pudo constatar la preocupante situación por la que atraviesa la población civil hondureña como producto del golpe de Estado perpetrado el 28 de junio recién pasado. El nivel de violencia ejercido por el régimen de facto en contra de la oposición ha ido en aumento en la medida que pasan los días, registrándose el día 3 de julio en horas de la noche, la ejecución en contra del periodista, Gabriel Fino Noriega, corresponsal de Radio América.

El día de ayer, domingo 05 de julio, la masiva manifestación ciudadana que se opone al golpe de estado se dirigió al Aeropuerto de Toncontin que estaba fuertemente resguardado por militares y policías de las reservas especiales, así como francotiradores. Aproximadamente a las 16:20, ya cercano al posible aterrizaje del avión que traía al Presidente Manuel Zelaya, fueron agredidos con bombas lacrimógenas y disparos por las fuerzas armadas hondureñas.

Inicialmente, fuimos testigos de la ejecución extrajudicial de uno de los manifestantes, el cual fue identificado como Isis Obed Murillo de 19 años de edad, hemos recibido versiones de que posiblemente otros dos manifestantes también fueron ejecutados por la acción de las fuerzas de seguridad. Según reportes hay varios heridos, puesto que las fuerzas de seguridad continuaron disparando y persiguiendo a los manifestantes por varias calles aledañas al aeropuerto. Lo más grave es que en la manifestación había niños y niñas que se vieron separados de sus padres durante la represión. Durante estos hechos no hubo respeto a los medios de comunicación. Se impidió la difusión de los sucesos represivos en el aeropuerto a la población hondureña, en tanto que la señal de radio, televisión y cable fue interrumpida para retransmitir una conferencia de prensa del gobierno de facto.

El pueblo hondureño está siendo sometido a un proceso constante de desinformación típico de los gobiernos de corte dictatorial. La misión pudo constatar que la imposición de restricciones a los derechos fundamentales, tal como los constantes cambios en los horarios del toque de queda, resulta de decisiones antojadizas por parte de las autoridades de facto, constituyéndose en un mecanismo que facilita la acción represiva de las fuerzas armadas y la violación a los derechos humanos.

Hoy la misión verificó el cierre del Aeropuerto Internacional de Tegucigalpa –Toncontin-, por lo que no pudo retornar a Guatemala vía aérea, teniendo que desplazarse vía terrestre.

La misión vuelve hacer el urgente llamado a los organismos internacionales, humanitarios y de derechos humanos, a que cumplan con su mandato de proteger a la población civil desarmada y no beligerante que está luchando por el retorno a la institucionalidad en Honduras.

Guatemala, 6 de julio de 2009

MISION POR LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS
GUATEMALA-HONDURAS

Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz, Fundación Rigoberta Menchú Tum, Asociación de Abogados y Notarios Mayas, Convergencia por los Derechos Humanos (Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos -CALDH, Centro Internacional para Investigaciones en Derechos Humanos -CIIDH., Fundación Sobrevivientes, Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala -ICCPG-, Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG-, Seguridad en Democracia -SEDEM-, Unidad de protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Guatemala -UDEFEGUA-.
martes 7 de julio de 2009

La patria rota
Odette Alonso, Parque del Ajedrez

Represión en Tegucigalpa
(tomada de Proyecto Siguapate)

A mis amigas hondureñas

Estoy sentada en la esquina del cuarto. Entre la mesa de noche y la pared; detrás del baúl de la ropa sucia. Con las piernas recogidas. Llevo ahí más de una semana. Aunque despierte y me bañe, aunque me unte cremas en la cara y me rocíe esa colonia, aunque me cuelgue al hombro la bolsa y camine hasta el metro, aunque me pase el día en la oficina, conteste mailes, envíe boletines y chatee. Aunque haga mi “vida normal”, realmente estoy ovillada en el último rincón de la casa como si me maniatara una camisa de fuerza. Con los dientes apretados. Muda.

Impotente.Pensando en cómo se despabila, de pronto, ese amor que dormimos, ocultamos, disimulamos o simplemente no conocemos por la patria, por la nación, por esa tierra en la que abrimos los ojos, caminamos, crecemos, hacemos… Un golpe a esa noción llamada país puede descalabrarnos de una manera imposible de explicar y a veces, de comprender. En estos días en que el pueblo de Honduras vive en la incertidumbre, mi dolor es tan profundo, el miedo tan grande, que a veces siento que han despertado, en éste, otros dolores y miedos que alguna vez no dejé aflorar, inmersa en los preparativos ante la inminencia del peligro propio.

Entonces me veo cavando trincheras en las lomas de Quintero; oteando al horizonte donde aparecerían los cañoneros yanquis; vigilando el espacio aéreo en el que irrumpirían los aviones “americanos”; formando parte de un batallón de zapadores o aprendiendo a tirar estrellas ninjas en el campo deportivo de la Normal de Santiago como parte de los absurdos entrenamientos dominicales de las MTT [Milicias de Tropas Territoriales]; armando y desarmando fusiles rusos en las clases militares de la universidad; creyendo que “cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.

Siempre vivimos en guerra y siempre fueron falsas alarmas, jugueteos con los que entretenernos el hambre, estrategias de “unidad nacional” que venían requetebién cuando algunos “grupúsculos” empezaban a inquietarse y revolverse. Modos de aplastar la rebeldía nacional ante el deber de defender la patria del “enemigo externo” para que no viéramos el interno. Hace un mes caminaba por las calles de Tegucigalpa confirmando, una vez más, cuánto se parecen a ratos a las de Centro Habana o algunos barrios santiagueros. Respirando en aquel aire una esencia común. Les presenté mi novela y mis poemas a un grupo de mujeres empeñadas y comprometidas en las luchas cotidianas: la violencia familiar, las carencias económicas, la inestabilidad laboral, la igualdad de derechos y oportunidades, el respaldo a la cultura y el arte, la formación de las nuevas generaciones en una sociedad menos violenta, más humana. Y nos reímos y nos confesamos dolores y compartimos planes y tomamos guífiti y cerveza Port Royal.

Nadie vislumbraba entonces lo que pasó un mes después; esta guerra que sí es de verdad. Porque ahí está el pueblo —aun dividido en los bandos que sea— abogando por su propio destino. Cosa que nunca hicimos los cubanos; al menos desde que tengo eso que llaman “uso de razón”. A nosotros nos convocaban a gritar obligatoriamente contra el imperialismo, pero nunca a alzar la voz contra las cosas que pasaban en nuestro país, aunque lo viéramos caerse a pedazos.

Sólo una vez, a principios de agosto de 1994, hartos de un período especial que los llevaba a extremos invivibles, población de Centro Habana salió a las calles a pedir, más que libertad, comida y luz, y se armó un mitin espontáneo en los alrededores del hotel Deauville. Los grupos de choque del Contingente Blas Roca reprimieron la protesta a golpe de cabillazos. Civiles contra civiles, para que pareciera una simple reyerta de barrio, “cosa de negros”. Dicen que el grito de “Abajo Fidel, abajo Fidel”, inmediatamente fue sustituido por “Fidel, Fidel, Fidel” y cuando el vitoreado llegó a la escena del crimen, ya todo estaba “bajo control”. El habanazo le llamaron; lógicamente fuera de Cuba, porque en la isla los medios no difundieron la noticia. A diez cuadras no se sabía qué pasaba más que de boca en boca. Más allá de las diez cuadras, sólo un rumor. En el resto del país no se supo nunca.

Ahora, década y media después, las únicas que se atreven a desafiar el miedo son las Damas de Blanco, madres, esposas e hijas de presos políticos, que se manifiestan pacíficamente, con una flor en la mano, pidiendo que no se deje morir a sus familiares de hambre, insalubridad y desamparo en las cárceles. Ellas también tienen que aguantar las agresiones del “pueblo enardecido”, es decir, los grupos de choque, brigadas de respuesta rápida que el gobierno envía a patearlas y escupirles.

“Tenés que hacer las paces con Cuba”, me dijo Amanda hace un mes, mientra caminaba por Tegucigalpa creyendo poder alcanzar los cerros con las manos, de tan cerquita que están. “Dejá de verla como la madre que no te quiso y te regaló; la que te echó de su seno por ser quien sos y buscarte un discurso que no fuera el manoseado”.

Ahora que veo su patria rota, como la mía, me hago un ovillo en el rincón del cuarto. ¿Cómo haremos, Amanda, repúblicas distintas, comunidades realmente democráticas? ¿Será posible que ese sueño no termine en pesadilla una vez y otra vez y otra vez?

¡NO MENTIR! ¡NO MATAR!

La iglesia y el golpe militar en Honduras
Juan Almendares

Un llamado de las jerarquías de las iglesias para justificar suposición y participación en el golpe militar en Honduras es aplicaruno de los principios morales, éticos o mandamiento de la Iglesia: No mentir.

Primero preguntémonos quién dice la verdad o la mentira con respectoal golpe militar: ¿Existe golpe militar en Honduras? ¿Qué significauna carta de renuncia que justificaba el golpe y que nunca fuefirmada por el Presidente Zelaya? ¿Se violentó la ley y laConstitución con la captura, secuestro y casi asesinato de unPresidente y el terror de su familia? ¿Adónde se dice en laConstitución que se puede expulsar un hondureño y sobre todo unPresidente de su propio país?

¿Se puede casi matar al Presidente sin derecho a la defensa y juicioético, legal y legitimo? ¿O existe en la Constitución el castigocomo secuestro, el terror a las víctimas y la tortura psicológica?¿Dónde está la ética jurídica; es justa o injusta la sentencia de laCorte Suprema de Justicia? ¿Se siguió el debido proceso y quien fueel abogado defensor del Presidente?
Aun siendo ilegal y violatoria a todos los derechos humanos lacaptura del Presidente por qué se violó la ley al ser capturado pormilitares y no por los cuerpos policiales ¿Se puede hacer eldiálogo, presumir de democracia y hablar de la Paz en un Estado deDerecho reprimiendo al pueblo con francotiradores, y soldados quecaminan con sus rifles y metrallas apretando el gatillo contra unamarcha pacífica de protesta contra el golpe militar, asesinando a unniño y un joven y causando múltiples golpes y heridas al pueblo?

Con estos argumentos y otros que no hemos mencionado considera lajerarquía de las iglesias que no hay Golpe de Estado militar enHonduras. ¿Por qué no se denuncia la responsabilidad que tiene elrégimen golpista en las violaciones de los derechos humanos contra elpueblo? ¿Por qué los golpistas y la mayoría de las iglesiashondureñas hacen caso omiso a la condena mundial de lasorganizaciones de derecho humanos y también de múltiples iglesiascatólicas, cristianas y no cristianas y organizaciones de paz yjusticia , junto a la resolución de la OEA y de las Naciones Unidas?

Es el momento de rectificar y seguir el camino de la verdaderaIglesia de los pobres. Monseñor Romero expresaba: "Vivimos una hora de lucha entre la verdady la mentira; entre la sinceridad, que ya casi nadie la cree, y lahipocresía y la intriga. No nos asustemos, hermanos, tratemos de sersinceros, de amar la verdad, tratemos de construirnos en CristoJesús. Es una hora en que debemos tener un gran sentido de selección,de discernimiento." (Homilía 30 de julio de 1978, V p. 102).

Y al sufrir con su pueblo las consecuencias del sistema opresororaba:

"Es necesario hacerse racional y atender la voz de Dios, y organizaruna sociedad más justa, más según el corazón de Dios. Todo lo demásson parches. Los nombres de los asesinados irán cambiando, perosiempre habrá asesinados. Las violencias seguirán cambiando denombre, pero habrá siempre violencia mientras no se cambie la raíz dedonde están brotando todas esas cosas tan horrorosas de nuestroambiente." (Homilía 25 de septiembre de 1977, I-II p. 240)

Siguiendo el llamado de Monseñor Romero nos dirigimos al nuevoRégimen, al Ejército de Honduras y a la Jerarquías de las Iglesiascatólica y evangélica:

"Hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanoscampesinos, y ante una orden de matar que dé un hombre debeprevalecer la ley de Dios que dice: no matar. Ningún soldado estáobligado a obedecer una orden contra la ley de Dios... En nombre deDios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos lleganhasta el cielo cada día más tumultuosos, les pido, les ruego, lesordeno en nombre de Dios, cese la represión." (Homilía del 23 demarzo de 1980).

Invocamos el mensaje de Monseñor Romero al Régimen de Facto, a lospoderes fácticos, al Ejército de Honduras, que cumplan con losprincipios cristianos: ¡No Mentir y No Matar!