Si no creyera en la locura
de la garganta del cenzontle....

Si no creyera/ Meche/ en tu luz/ y en las gargantas/ que habitan/ en las manos/ y en las palabras/ que las desatan/ no seguiría escuchado/la llamada de los tiempos/ y se borraría tu voz/s de la esperanza/ por eso hoy/ te despido/ contenta/ sabiendo que pronto/ cabalgaremos livianas/ las riveras más profundas/ por ahora/ hasta pronto/ Gracias! por compartir con nosotras/ tanta Vida/


viernes, 21 de noviembre de 2008

PREMIOS PARA MUJERES

PORQUE NUESTRAS VIDAS CUENTAN
amanda castro
Proyecto Siguapate e Ixbalam Editores

La mayoría de las personas contamos en la vida con 15 minutos de fama/ que hay que aprovechar/ para que se produzca en nuestras vidas un verdadero y genuino cambio/ por aquellas rarezas de la vida/ este año yo tendré tal oportunidad en dos ocasiones/ y por las mismas razones/ El 20 de noviembre recibiré la Hoja de Laurel en Oro/ otorgado por la Secretaría de Cultura de Honduras/ y el 25 de noviembre/ las compañeras de la Asociación Nacional de Escritoras de Honduras/ han decidido incluirme entre las cuatro voces de mujeres que honran este año/ Ambos me están siendo entregados en reconocimiento a mi labor en la promoción y difusión del arte hondureño/ y sobretodo por contribuir a divulgar la literatura escrita por mujeres/ El 25 de noviembre/ sabemos/ es el Día Internacional de la NO Violencia contra las Mujeres/

Después de una re/lectura del Baghavad Gita/ El Popol Vuh/ y otros textos feministas que han guiado mis pasos siempre/ y después también de consultar el Calendario Maya Tzolkin/ y meditar atentamente/ sobre la significación espiritual de ambas fechas/ he decidido lo siguiente/

Aceptar el premio otorgado por la SCAD de Honduras/ en un evento que se llevará a cabo en la casa presidencial/ por respeto/ NO a la casa/ ni a sus ocupantes/ sino a la mujer que me nominó para tal premio/ La Compañera Escritora/ Rebeca Becerra/ de quien aprendí hace tiempo/ todo lo que sé del sufrimiento/ de este país en la Década Perdida/ Rebeca ha estado siempre para mí/ ligada no sólo a los desaparecidos de Honduras/ sino también a nuestra incipiente literatura testimonial/ y es a mi juicio quien merece un premio/ Es por respeto a Rebeca/ y a tantas otras mujeres que se han visto retratadas en mis palabras/ que acepto en su nombre/ ambos reconocimientos/

Hablo sobre todo de las más de mil mujeres asesinadas en este país/ y para quienes nadie recuerda ni siquiera su nombre/ Aprovecho estos 15 minutos de fama que la vida me otorga/ para ponerlos a su servicio/ porque de qué nos sirve tener la vida/ y la fama/ si no es para el servicio de una colectiva mayor/

Después de mucha y sosegada meditación/ he decidido traspasar la honra a estas mujeres/ darles a ellas el merecido premio/ que tanto les hace falta/ sacarlas del silencio/ recordar su vidas/ celebrar sus vidas/ y condenar sus muertes a destiempo/ llevando a cabo una vigilia/ ayuno/ceremonial los días 24 y 25 de noviembre/

Este homenaje/ comprende tres diferentes matices/ el primero es el ritual de convocación y convivencia con todas nuestras muertas a destiempo/ con todas nuestras muertas que vivieron una muerte violenta/ estas acciones las comenzamos el 31 de octubre/ en combinación con la colectiva Las Estaciones/ con quienes/ de la artesana y espiritual mano de Araceli Acosta/ se erigió un altar mexica/ que invocó sus nombres/ para que vinieran a compartir con nosotras/ Desde ese día/ han estado en nuestra casa convocadas/ las mujeres/ que murieron por el simple hecho de ser mujeres/ Desde ese día me urgen/ por dentro/ estas palabras/ que me llevan a realizar por fin las acciones/ y a abandonar los miedos/ y los silencios/

Yo he dedicado mi vida profesional/ a la producción/ el estudio/ y la publicación de las voces de mujeres/ que valientemente han hablado en nuestra sociedad/ y contra ella/ Yo que desde hace mucho vengo tejiendo para todas/ una Celebración de Mujeres/ no puedo ahora a nuestras muertas ofrecerles nada menos/ que la propia vida/ —la razón/ de las palabras/ y los vientos—/ ¿De qué me serviría a mí/ esta vida/ ésta que aún tengo/ si no la uso/ para Ser/ consecuente con mis palabras?/ Vivo por fin/ lo que tantas veces he deseado/ poder con las palabras de todas las mujeres/ bordar una historia común/ una casa/ un espacio en que la vida se encuentre/ dignamente/ con la muerte/

Ayuno con ellas/ para morir un poco con ellas/ todas sus muertes/ para invocar con ellas/ sus vidas/ para gritar/ desde sus silencios/ que sus vidas/ —Nuestras vidas—/ cuentan/ pues ya sabemos que sus muertes/ no han contado para nada/ Ayuno con ellas/ porque estoy harta de vivir/ en el silencio/ y a la vez llamarme escritora/ y editora de voces/ que se lleva el viento/ Ayuno/ para que cada una de las mujeres escritoras/ artistas/ ida/ venida o por venir/ pueda sentirse digna/ de esta historia y de esta vida/ que nos tocó vivir/ Ayuno con ellas/ en público/ aprovechando la fama/ que las mismas mujeres han otorgado a mis palabras/ porque quizás sea esta la última oportunidad/ que tenga yo para participar/ para lograr que la Hondura cambie/ para que logremos mirarnos en los espejos/ y dejemos de sentir vergüenza/

No hago esto por vana/gloria/ propia/ pues qué gloria pueden darle estas acciones a una mujer/ que apenas y logra respirar/ que gloria puede obtenerse de una entrevista en un periódico/ que mañana dedicará el mismo espacio a un futbolista/ a un político abyecto/ o a un anuncio de un payaso trasnacional y asesino/ Ninguna/ Porque la gloria/ radica tan sólo en tener la oportunidad de morirse dignamente/ y escoger hacerlo/ con su propia voluntad/

Hago esto sin ánimos de lucro/ y más bien gracias al auspicio de muchas compañeras solidarias/ mi familia y mis amigas/ y sobretodo/ hago esto porque a mí/ como decía Ana María Rodas/ hace quince años en Guatemala/ a mí también me duele esta lista interminable/ de mis muertas/ ésta que traigo entre las manos/ y me duelen las lágrimas secas que mi madre/ —este país que adoro—/ no ha podido soltar/ para liberarse de sus muertes/

Hago esto porque es hora de pagarle a la vida/ toda la poesía que me ha dado y el amor/ Porque estoy dispuesta a morir/ dignamente/ hablándole a las mujeres de las mujeres/ Hago esto porque ha sido mucha ya la sangre derramada/ en la cintura de la patria/ mitad de todos los silencios/ Hago esto porque es lo único que puedo hacer/ para manifestarme/ contra la cultura de la violencia/ para vivir/ recuperando entre todas/ nuestra vientre/ profundamente herida por el parto/

Hago esto con mi cuerpo/ desde mi cuerpo/ el único que tengo/ frágil igual al de todas las mujeres/ Este cuerpo prohibido/ silenciado y mutilado/ este cuerpo que resiste/ y se empecina en seguir latiendo/ igual que la tierra en las montañas/ Re-cobro con él/ con ella/ cada una de las caricias que me fueron negadas/ que quedaron en sus manos y en sus gestos acalladas/ re/cobro con sus cuerpos/ cada ápice del dolor/ de estar vivas/ cada rayo de luz/ que pulveriza los ojos/ y los de todas las ausentes/ y sus madres/ y sus hermanas/ y sus amigas/ y sus compañeras/ y sus amantas/ y todas las que un día/ volveremos al mar/ para cambiar con su ritmo la existencia de los siglos/

Ejerzo desde el hambre/ mi derecho a hacer con mi cuerpo lo que quiera/ y a escoger/ cómo vivo/ y cómo muero/ ejerzo mi derecho a expresarme libremente/ a participar en los procesos democráticos de mi país/ Me re/uno en la plaza/ con las mujeres que tanto amé/ para que de una vez se entienda claramente/ cómo lo más íntimo puede llegar a ser una manifestación política/ totalmente puesta en rebeldía/ —des/obediencia total—/ porque las mujeres asesinadas en mi país/ aunque civiles y obedientes/ regaron con su sangre/ este hastío/ —yo no puedo más/ que inclinarme ante sus cuerpos/ mutilados/ y ofrecerles/ mi eterna gratitud/ por haberse ofrendado/ con tanta abnegación/ Yo no puedo más/ que exigir de la vida/ que me viva/ con locura/ y no me muera/

Hago esto porque he logrado comprender/ por fin/ que sólo vive/ quien está dispuesta a morir en el intento/ y como sé que la fuerza está en los números/ pido a las mujeres/ que se unan a mi causa/ que engendremos de una vez la colectiva/ que salgamos a las calles/ que volquemos nuestra ira y nuestra indignación/ por “tanto cuerpo/ tierno/ muerto”/

Pido a la mujeres que estén listas/ que entren conmigo/ este camino a ciegas/ que fluyan conmigo/ igual que las aguas/ que nos rompen el abismo/ Que se acerquen las madres/ las hermanas/ las parientas/ de todas las mujeres/ organizadas y sin organizar/ y aún las desorganizadas como yo/ todas/ una/ y la misma/ al mismo tiempo/ que se sienta de una vez/ la fuerza de su nombre en lo profundo/ y se escuche en la Hondura/ nuestro mar/ el más hondo y verdadero de todos los mares/ Huracán/ Hunanpú/ Ixmucané/ Gaia/ Frida/ Alejandra/ Ricci Mabel/ Clementina/ Doña Lety/ Janet Kawas/ Zoila/ América/ Lourdes/ Pilar/ Pierrette/ Simona/ Dulce/ María/ Juana/ Daisy/ Sara/ Nancy/ Melissa/ Francis/ Jessica/ Virgen/ Paloma/ Karla/ Katia/ Gloria/ Rebecca/ Isadora/ Regina/ Cecilia/ Guillermina/ Ruth/ Marina/ Leticia/ Gladis/ Lesvia/ Patricia/ Pete/ Suyapa/ Martha Regina/ Luisa/ Nela/ Diana/ Maura/ Carmen/ Victoria/ Helen/ Margarita/ Guadalupe/ Soraya/ Angelita/ Zulema/ Marlene/ Elvira/ Alejandrina/ Rubenia/ Sonia/ Sandra/ Zonayda/ Mariana/ Dermis/ Aleyda/ y todos los nombres contenidos en esa lista/ y todos nombres de las mujeres desconocidas/ a quienes la historia entregó tan sólo un número/

La propuesta es simple/ pero requiere de cada una/ que tomemos por decisión propia/ la necesidad de participar/ una vigilia en el parque central/ la noche del 24/ para seguir con el ayuno hasta la medianoche del 25/

Que pasen por la tienda/ todas las mujeres que han sufrido violencia/ y violación/ en sus familias/ de sus padres/ padrastros/ hermanos/ tíos/ amantes/ sacerdotes/ maestros/ primos/ policías/

Que pasen todas las mujeres que se han visto obligadas a trabajar en el campo/ y en las maquilas/ y sobreviven la violencia del acoso sexual en el trabajo/ y mutilan sus cuerpos/ produciendo/ millares de prendas/ tejidas con agujas de sangre/ para poder darle a sus hija/os una vida más digna/ mujeres que pierden su cuerpo/ doce horas de pie/ en movimientos forzados/ anti/naturales/ para que puedan/ gringos/koreanos/ europeo/ y demás/ hartarse manjares en las costas de marfil/ y en casa blanca/

Que pasen por la tienda todas las mujeres/ que se han visto reinfectadas/ una y otra vez/ porque el marido/ rechaza un condón/ y la cooperación sigue haciendo de las mujeres/ maquinitas para parir niños/ Atención a las embarazadas solamente/ las demás/ bien merecido lo teníamos/ por andar de birriondas/

Que pasen por la tienda todas las mujeres/ que viven aterrorizadas por sus hijos/ por sus compañeros de hogar/ esos que por las noches les recuerdan/ que no son nadie/ que pueden ellos en cualquier momento entrar por la puerta y degollarlas/ esa mujer que aún le plancha las camisas/ y duerme con un ojo abierto/ poniendo llave en la puerta del cuarto de las hijas/

Que pase por la tienda todas las mujeres/ que estén dispuestas a no seguir callando/ a no seguir aguantando/ a no seguir/ simplemente/ que pasen por la tienda/ todas las mujeres/ que quieren vivir la vida/ “no morirla”/

Que pasen por la tienda/ todas las niñas/ que sepan comprender/ que la vida es la vida/ y la muerte es la muerte/ y que tienen derechos/ como todos los seres sintientes/ y que tienen el deber de buscar/ y de exigir/ de su sociedad/ las formas de alejarse del sufrimiento y sus causas/ Y que tienen derecho a vivir/ la felicidad y sus causas/ Que pasen por la tienda todas las mujeres/

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