Si no creyera en la locura
de la garganta del cenzontle....

Si no creyera/ Meche/ en tu luz/ y en las gargantas/ que habitan/ en las manos/ y en las palabras/ que las desatan/ no seguiría escuchado/la llamada de los tiempos/ y se borraría tu voz/s de la esperanza/ por eso hoy/ te despido/ contenta/ sabiendo que pronto/ cabalgaremos livianas/ las riveras más profundas/ por ahora/ hasta pronto/ Gracias! por compartir con nosotras/ tanta Vida/


lunes, 21 de septiembre de 2009

En una esquinita que se hace grande ubicada en la plaza central, Francisco Morazán, prudente, a cierta distancia nos protege. Allí nos instalamos desde el 15 de septiembre a abstenernos de: consumir alimento sólido. Hay cuatro al pie de esta letra y los demás, hombres y mujeres, somos solidarios con un día de abstención, medio día, y van y vienen y suman. ¡Resistimos!

Conscientes hasta el tuétano como cientos de miles de hondureños y hondureñas, claras como las mayorías caminantes de 80 y tantos días de resistencia, persistentes y seguras de si mismas y de su propósito, están allí y a veces se desplazan a sacar fotocopias, a reproducir fotografías, a dejarse unos a otras y otras a unas y siguen consumiendo líquidos.

En otros países y ciudades también hay personas ayunando, este ayuno se parece a Dios, no se mira pero existe, no se ve y hace milagros. El milagro de la solidaridad en la esquina del parque, bajo un árbol de hule, luego que la alcaldía nos quito el toldo, después de haberlo permitido. ¡Las vanas contradicciones! Seguimos allí, sin toldo. Sillitas verdes, cojines y pronto petates.

El árbol de hule, cobija, alrededor revolotean niños, varones los más, que se mecen de las fuertes lianas sostenidas allí de entre el follaje quien sabe desde hace cuantos años. Afortunadamente quedaron algunos árboles allí, luego de la tala oficial y siempre dañina que hiciera un alcalde.
Llega la gente, se sienta, ayuna medio día, conversa, preguntan, firman un listado, se anotan para ayunar un día. Lo harán en sus casas o quizá lleguen ese día y se sienten en un cojincito. ¡Les creemos! Es tiempo de creernos, es tiempo de recuperar la confianza, la verdad existe y se impone sin fuerza ni obligatoriedad.

Este movimiento tiene el sello del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe, porque nos apoya, lo avala, lo anuncian, lo invitan. Tiene sello de pueblo, de personas comprometidas, de hondureños y hondureñas conscientes y ciertas.

Amanda Castro, escritora hondureña entrega su vida, así de simple y claro, así es. Allí está Amanda con su enfisema y su tanque de oxigeno; desde ayer con su máquina especial, porque logramos instalarla. Allí va y viene a limpiar su sonda, acompañada de Marlene, de otras amigas.
Allí se instala Felipe Acosta, dramaturgo y teatrista. Integrante del grupo teatral Bambú. Un buen hondureño, un buen hombre, un luchador que con su teatro, nuestro teatro ha recorrido mundo, invitado por el mundo y que a través de sus saberes deja en alto el nombre del país.
De estos dos compatriotas dignos, estamos al lado cada vez que podemos, ingenuos y nobles, no reconocen a los provocadores de oficio, sonríen y explican las razones del ayuno, pero que si porque ayunan, pero pero pero…. Así dicen quienes quieren generar lío, hasta que alguien con más colmillo dice,,, Muchachos… Ya no expliquen… Y así se evita que avance el mal corazón de estas gentes que llevan otros propósitos.

También está Andrés Conteris, uruguayo Norte americano, consciente. De los buenos del pueblo, a saber por sus acciones. Trabajador de Democracy now. Por allá en otros lados anda Candelario Reyes, hombre multifacético y creador y amigo de Palmerolo. ¡Que importan sus problemas! ¡Que importa el enfisema, el corazón, el cáncer, el sobrepeso! ¡Viva Honduras! ¡Viva el pueblo hondureño!, ¡la justicia! ¡El nuevo ser de este nuestro país y el planeta!
Allí van y vienen y se sientan ayunadores y ayunadoras solidarias. Muchas, no son seis, a veces diez. El mero quince, compañeros de patronatos nos acompañan. Llegaran de nuevo hoy y mañana. Rossi llegada de Australia se suma. Ayer tuvimos un amigo carpintero, un joven electricista, un querido maestro, una compañera ama de casa, dos escritoras amorosas, fuertes, bien talentosas y sencillas; una periodista mexicana y una escritora mexicana italiana.

Esta mañana muy temprano ya estaban allí, un profesor, una ama de casa con su niña, un joven estudiante de periodismo. El Doctor Juan Almendarez, quien nos tomó la presión. También está el abogado Daniel, pasan y se quedan amistades queridas, rostros conocidos y otros no tanto, la solidaridad se expande.

No nos permiten el toldo, la mesa , los parlantes; muy cerca un negocio tiene parlantes y al frente la gente es solidaria con Jonathan un chiquillo de dos años entre vida y muerte, Pasan con los botes recaudando dinero frente a nuestra casa de ayuno, meditación, búsqueda de paz y encuentro y nos dicen… Cuando terminemos por allá nos sumamos aquí.

Les esperamos con los brazos abiertos. La patria, la matria, nos necesita mientras en el mundo, en cualquier esquinita frente a una iglesia también se ayuna por Honduras y por un mundo mejor.

Hay hombres y mujeres, voluntarios casi a tiempo completo, que se nos olvida comer- nos tornamos ayunadores, ayunadoras, Jorge Luis, Adriana , Florian, Marleni. Se arman debates acerca de la consciencia. Ayer dos microempresarios, uno a favor del derecho soberano del pueblo y otro confundido sobre l papel del empresariado y las transnacionales sostuvieron el dialogo. Pasan por allí gentes equivocadas que se van en paz y gentes solidarias que ayunan.

La esquina se nos hace grande como el mundo que cabe n un pañuelo… dice una celebre frase verdadera. Pronto este ayuno obrará milagros, porque los milagros existen y porque el pueblo hondureño con este resistir fluye y fluye como la corriente de un río donde no hay reversa y donde la historia de su fuerza y amor continua escribiéndose-

Iris Mencía, Comité Organizador del Ayuno

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