AYUNO

Quince de setiembre,
misa en la iglesia de “Los Dolores”
barrio de comercio sacro, Tegucigalpa:
día de la Virgen:


Quince de setiembre,
firma del acta de independencia
de las provincias de Centroamérica:
reparto de poderes para los criollos.


Quince de septiembre,
fusilamiento de Francisco Morazán
junto a la catedral, San José de Costa Rica:
triunfo de los tiranos
y sus escuadrones de muerte.


Quince de septiembre,
ayuno contra el Golpe de Estado en Honduras.
El mundo se une con esperanzas
y vida para la Resistencia.


Ayuno. No por un estilo de actuar,
sino por una razón de ser
en esta historia de la humanidad
que es un potro suelto, con dueños,
y juelgos de Satán.


Los pobres del mundo en ayuno perdurable,
no para expiar pecados,
ni por voluntad suya o de Dios,
sino por tiranía de la privación.


Ayunos por inopia, inequidad,
inclemencia, castigo,
guerra y crimen.

Cuando mejor: se ayuna por fe,
en un asunto de tomar camino,
imitando a Jesús, Ghandi,
Buda, Francisco de Asís,
Al padre Abraham;
quién sabe, a San Guadalupe Carney
patrono de los Celebradores
de la Palabra de Dios:
campesinos laicos de Honduras.


El ayuno del cuerpo
Para depuración del espíritu
hambriento de fe.


Ayuno voluntario
y ayuno obligado,
entre sí, son ajenos.


Se ayuna en África
para opulencia de Europa
y de los jeques de la baraja.


En América
se ayuna por dictamen transnacional
y peculio gringo.


En el tercero y el cuarto mundo
se ayuna por identidad
de la peor:
el status quo.


Se ayuna en los campos de concentración,
por castigo.
En las fábricas,
por feudalismo patronal,
En las casas,
en las calles
por el rigor de la penuria.


Se ayuna por negocio
de cadenas de negocios,
estética y dieta,
de crédito falso.


Se ayuna por un asunto
luna o sol,
de dios o de patrón,
de mercado y de látigo.


Ayuna el Sufí buscando paz interior
y el faquir para desaparecer de este mundo.

Los musulmanes ayunan
para competir en torno a Alá
y construir unidad en torno a La Meca.


Y el santón y el monje,
por alimento personal.


De morado y púrpura,
los zopilotes de Epulón,
ayunan para fingirle
que con un poquitín de dieta
es posible pasar
por el ojo de una aguja.


Del ayuno vale,
tener claro que se ayuna
y por qué.


El ayuno demuele
lo que se desafía
y si hay gozo y valentía,
como la de Juan en el desierto,
fortaleciéndose para predicarle a un pueblo
y enfrentar a Herodes,
corrupto y corruptor.


Y de más antiguo
se ayunaba como un baño íntimo,
un desafío de silencio,
y privación para recibir
algo que sin duda,
como la luna o el sol,
nos aparecerá de regalo,
espera,
necesidad
y ser merecedores, exhorta ayunar.


Los profetas son ayuno
en el vínculo con Dios,
dador y bueno;
maná y pan vivo,
primer bocado
y gesto de paz y hospitalidad.


En días de dictadores,
de sicarios y religiones en metálico,
ayunamos por los presos políticos,
por los desaparecidos,
por los mártires,
por la paz,
la libertad,
y la restitución de la salud
del pueblo golpeado.


Hoy,
quince de septiembre,
ayunaremos por Honduras,
para avivar la llama de la Resistencia.


No perderemos peso,
pero ganaremos fuerza,
luz, integralidad, vehemencia.


Lo haremos con placer y gozo.


Gritaremos con nuestro silencio,
con nuestra hambre de justicia.
Juntaremos pueblos identificados
con un propósito:
¡Abajo el Golpe! ¡Arriba la Constituyente!


El ayuno es un ejercicio de vocación de Paz
de La Resistencia Contra el Golpe Militar.


Y crecerá el espíritu del pueblo
tomando ciudadanía en la libertad,
haciendo primicia en la justicia,
iniciando tiempos de cosechas sanas
para una patria que espera ser resucitada.


Ayunemos,
hermanos y hermanas
para afirmar la piedra angular
que demuele
los templos de la injusticia
y restaura
las amplias alamedas
de la confianza y el bien
en el sentido del pueblo.


Candelario Reyes García
15 de septiembre en Resistencia.